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Una poderosa Manipulacion detras del popular "PENSAMIENTO POSITIVO"

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LA TIRANICA RELIGION DEL PENSAMIENTO POSITIVO

 
El  pensamiento positivo como sutil tecnica 
de manipulacion de masas


Eso lo sabe muy bien el capitalismo; así, la primera y más necesaria tarea del neoliberalismo es construir el consentimiento de los ciudadanos para poder mantener las injusticias y desigualdades sin mayores protestas. 

Dicho y hecho: mediante el tan de moda "pensamiento positivo" se está produciendo la incorporación de las ideas y del lenguaje de los ricos y los privilegiados en las mentes de las clases subalternas. Y esa es la más poderosa táctica para reforzar y mantener el neoliberalismo y la desigualdad creciente. 

Piensa en positivo... y sométete. 
No protestes, es "tu" culpa

Las palabras no son neutras: sirven para influir  en el que las escucha. 
y crear en el una nueva "realidad"



ANIMO BORREGOS , PENSAMIENTO POSITIVO ANTE LOS RECORTES. 
SON "OPORTUNIDADES" PARA SUPERAROS

La manipulacion mediante la New Age es:

"Ya que no podemos hacer una revolucion en el mundo hacerla en el interior de vuestras mentes" y .....

y... dejar que los banqueros no encarguemos ....


 
Si no TRIUNFAS es por TU CULPA - ....
No te preocupes por la injusticia 

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 COCA COLA tambien apoya la explotacion global con la tapadera 
de la "psicologia positiva":
 El Instituto Coca-Cola de la Felicidad lanza una nueva web con la mayor base documental científica sobre "felicidad"

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libro:

«Hasta los cojones del pensamiento positivo"

Desde hace -demasiado- tiempo a esta parte, hemos vivido en una especie de corriente que, aún buscando nuestro bienestar, ha hecho muchísimo daño a la sociedad. Hablo del positivismo superficial y las recetas rápidas a nuestro sufrimiento y a nuestro dolor.

En una sociedad tan exigente como la actual, a las cuestiones habituales como la enfermedad o el desamor (inserte ahí cualquier tipo de situación que le haya hecho sufrir desde que es adulto) que nos provocan dolor, se unen los trabajos temporales, los ERTE, la pandemia, el distanciamiento social, la competitividad, los salarios bajos y un montón de temas más que nos van dañando de manera profunda y compleja.

Y lo llamativo no es que tengamos problemas (la humanidad los ha tenido desde que existe el hombre y la mujer), sino las recetas que se ofrecen como solución. Marcas como Mr. Wonderful y la mayoría de libros de autoayuda, casi nos culpan por ser infelices cuando tenemos problemas objetivos a nuestro alrededor.


El pensamiento positivo puede ser agotador si está mal enfocado

De modo que no solo tenemos que lidiar con las vicisitudes de la vida, sino que demás debemos hacerlo sin permitirnos estar tristes ni un segundo. Por muy jodido que pueda estar todo a nuestro alrededor.

Pues bien, parece que el psicoterapeuta y profesor universitario Buenaventura del Charco por fin se enfrenta a esa situación surrealista y lo hace con un libro tan brillante como revolucionario y necesario. La obra se llama «Hasta los cojones del pensamiento positivo»

(exacto, el título no podía ser una mayor declaración de intenciones) y nos explica de manera seria y profesional -aunque con cierto lenguaje explícito y sentido del humor- cuan dañino es el supuesto positivismo que nos asola.

«Hasta los cojones del pensamiento positivo» 

ha sido número 1 en ventas en Amazon

Del Charco narra de manera bastante dinámica y con infinidad de ejemplos cómo enfrentarnos a los problemas, entenderlos, llorarlos (en el caso de que sea necesario) y superarlos de manera consciente es la única manera de seguir adelante y dejar atrás el sufrimiento de manera plena y completa.


Es decir, que el único modo de ser realmente felices es aceptando que la vida es dura muchas veces, pero que la cura completa de las heridas emocionales es absolutamente necesaria para que no vuelvan a sangrar una y otra vez. Algo que entendemos con las heridas físicas y que parecemos negar con las sentimentales y emocionales.

El libro no solo es sobresaliente por conseguir acercarnos de veras a un camino real a la felicidad, sino porque es ameno, fresco, divertido y dinámico. Es decir, por muy profesional que Del Charco pueda ser (no en vano es uno de los mejores psicólogos jóvenes de nuestro país), el libro es siempre ágil, urbano y consigue ese cambio real que uno busca cuando se acerca a este tipo de productos. Además, está adecuado a aquellos que no somos psicólogos.

De modo que si necesitas un libro de psicología inteligente, efectivo y transformador, «Hasta los cojones del pensamiento positivo»

(Editorial Samarcanda, 2021) es justo lo que buscabas. Porque ya está bien de que la autoayuda tradicional que se había impuesto nos trate como a tontos, ¿no?


Con Buenaventura Del Charco estuvimos hablando hace un tiempo para que nos ayudara a analizar el hip hop desde un punto de vista psicológico. Échale un ojo a nuestro reportaje aquí.

 
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Mindfulness aliada de explotación laboral , 
y apaciguaminto de masas frustradas

El mindfulness, lo que antes se llamaba a la meditacion, se ha convertido, en la panacea para soportar la vida de hoy.

Media hora de meditación eficientemente aplicada sirve para aguantar jefes caprichosos, jornadas laborales interminables y varios grupos de whatsapp preguntando qué hay de lo mío de forma simultánea. 

"Esta meditación 2.0 se adapta a los deseos de los consumidores", 
esgrime Rommeluère.
"Es inmediata, compatible con todas las formas de deseo, al igual que neutra desde un punto de vista filosófico o ideológico. 
Y sobre todo, no reclama compromiso alguno".

En el duro peregrinaje que es la vida moderna, esto sirve para aguantar un poco mas.


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Neoliberalismo
 Los partidarios del neoliberalismo argumentan que es un enfoque económico que asegura el bienestar del individuo a través de la privatización y de los mercados libres. Pero la rea­lidad es bien diferente.

La etapa actual del capitalismo comenzó con el golpe de estado de Pinochet, ayudado por los economistas de la escuela de Chicago en 1973, y ahora hay pocas economías y gobiernos que no se rijan por el neoliberalis­mo.
Como ya se ha hecho dolorosamente obvio en la vida coti­diana de la mayoría de los ciudadanos del planeta, bajo el neoliberalismo, el bienestar del individuo no cuenta porque es un proceso que tiene como objetivo que la riqueza y el poder se concentren en sólo unos pocos.

Mientras te damos una paliza economica --...tu piensa positivo  (no te rebeles) ...aguanta 

Las medidas de pioneros neoliberales como Margaret Thatcher o Ronald Reagan como, entre otras, retirar la presen­cia del Estado de los servicios públicos y venderlos al sector privado para que sean rentables para sus nuevos dueños, son ahora la realidad en casi todos los países.

Y el hecho de des­mantelar el estado de bienestar en los países donde ya había comenzado a existir, o de impedir su creación en los que toda­vía no se había constituido, es posible gracias a la gran ayuda del lenguaje del pensamiento neoliberal.

Que el discurso del Fondo Monetario Internacional (FMI) sea que todos los ciudadanos tienen que hacer un esfuerzo para mantener el neoliberalismo, tiene sentido para el FMI, organismo que no ha sido elegido democráticamente. 
Lo que es escalofriante es que ciudadanos que viven por debajo del umbral de la pobreza repitan el mismo discurso de que "todos tenemos que poner de nuestra parte" ante el rescate de los bancos y los recortes de los servicios públicos, los sueldos ylas pensiones.
Esto demuestra que la primera y más necesaria tarea del neolibera­lismo es construir el consentimiento de los ciu­dadanos para poder mantener las injusticias y desigualdades.

A través de los políticos, sus éli­tes y expertos, y de la prensa, se utiliza el len­guaje para poder generar y mantener un "senti­do común", como decía Gramsci, en el que la desregulación y la privatización, que llevan a que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres, parezcan lo "bueno" y lo "normal. 


En el Estado Español, en los últimos años, mientras el gobierno ha recortado las pensio­nes, las ayudas a la dependencia y los sueldos de los funcionarios para mantener el euro a flo­te y ser visto con buenos ojos por el FMI, mien­tras el dinero público ha rescatado los negocios privados, mientras compañías como Telefónica han obtenido grandes beneficios pero han de­jado en el paro a un alto porcentaje de su plan­tilla, las cámaras de comercio han llevado a cabo una campa­ña para que todos los ciudadanos colaboren con su propio empobrecimiento.

Refiriéndose a la crisis económica creada por los propios especuladores y bancos, personajes vistos como "progres" como Juan José Millás y Andreu Buenafuente o modelos para la juventud como Pau Gasol

han aparecido en los medios de comunicación repitiendo el lema de la campa­ña:
 "Entre todos lo arreglamos"¡¡¡¡. 

Esta perversa campaña se des­arrolló en el 2010 sin alarma social y con poca protesta.

Bajo el neoliberalismo, mientras las desigualdades aumen­tan, son los propios desfavorecidos los que apoyan las injus­ticias. La incorporación de las ideas y del lenguaje de los ricos y los privilegiados en las mentes de las clases subalternas es la más poderosa táctica para reforzar y mantener el neolibe­ralismo.



El lenguaje positivo como "sentido común"

Raramente el lenguaje es un instrumento puramente de co­municación. Las palabras no son neutras: sirven para hacer algo en el que las escucha.

El lenguaje es la mejor arma del capi­talismo neoliberal para allanar el camino e imponer políticas que favorecen la reorganización de los bienes y servicios y, así, se enriquece una minoría mientras se desatiende a la mayoría, a la que sin embargo se convence de que lo que se está llevan­do a cabo es bueno y necesario.

Para ver y comprender los abu­sos y las injusticias perpetuadas por el poder, Gramsci nos recuerda que es importante entender el origen y los objetivos estratégicos del control social.
Y los escritos de Michel Foucault, nos animan a analizar el discurso de los grupos de poder, ver cómo funciona y saber identificar sus trampas.
El Estado, con el lenguaje, -crea su propio "sentido común"para poder hacer aceptable lo inaceptable, lenguaje que se infiltra en toda la sociedad a través de sus canales de poder y construye así una hegemonía.
Y para que exista una hegemo­nía, no_ sólo los grupos dominantes tienen que imponerse, sino que los ciudadanos tienen que llegar a estar convencidos de que las ideas de estos grupos les van a beneficiar. Cuando la población está convencida de que la privatización de los servicios sanitarios es lo más "eficaz" y "positivo" o de que to­do ciudadano tiene que ayudar al gobierno a salir de la crisis económica, el neoliberalismo ya tiene poco trabajo que hacer. Sus políticas no serán cuestionadas.




Este proceso de convencimiento comienza con el encuadre del debate.

El Estado presenta los términos y los límites en los que los temas se pueden pensar y discutir de forma sutil, a tra­vés de sus expertos y elites, de la prensa y de los políticos.
Y de esta manera, el Estado no tiene que ejercer la represión sino la clasificación. Los grupos dominantes se apoderan del discur­so, lo definen y le dan legitimidad, haciendo referencia a lo que es "aceptable" y lo que es "sentido común".

El desarrollo y el uso del positivismo es una aplicación muy útil del lenguaje para el control de las mentes de los ciudada­nos en tiempos neoliberales. Con el uso del llamado "pensa­miento positivo" se está pasando del control externo al control interno de la población en todos los aspectos de la vida: labo­ral y económico, sanitario, educativo, etc.

Vemos cómo la infil­tración de los valores neoliberales en los individuos que inte­riorizan estas normas sociales y pensamientos, les impiden ver la realidad del neoliberalismo. También les hace sentirse culpables de su situación individual: 
paro, problemas para pagar la hipoteca, enfermedad, etc. 
El ciudadano, en un traba­jo precario o en el paro, bombardeado con mensajes de la importancia de "pensar en positivo", desarrolla dudas sobre sus posibles desacuerdos con las políticas actuales y su males­tar con su propia situación. Crear dudas en la población es de gran importancia para que el Estado y sus elites lleven a cabo sus proyectos económicos'. 

Por todos los canales posibles (sistema sanitario, empresas, medios de comunicación, deportes, etc), se ha conseguido imponer una forma de ser y de pensar particular como única, y si alguien no consigue mantener el pensamiento "positivo", se le tacha de ser uno de esos nuevos "pecadores" que tiene pensamientos "negativos".





La pandemia del "pensamiento positivo", que se utiliza para intentar convencer de que perder el trabajo es una "gran opor­tunidad para abrirse nuevos hórizontes" o de que el tener cán­cér es "un regalo para ver la vida con más optimismo" es, co­mo decía Bourdieu, una "violencia simbólica" en la que un grupo impone significados, ideas y símbolos sobre el resto. 


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 'Cómo ser feliz a martillazos'
Décadas de los manuales de autoayuda que se han convertido en un negocio multimillonario
En realidad, no gozan de mucho prestigio, pero la coyuntura económica (desigualdad creciente, sociedad individualista, derrumbe institucional..) ha disparado su popularidad. Por eso produce cierta alegría encontrar un libro desmitificador, que rechaza el idealismo ingenuo para centrarse en cuestiones materiales. Se trata de un texto breve y que va al grano, titulado 
Cómo ser feliz a martillazos’, firmado por el antropólogo Iñaki Domínguez 
Domínguez denuncia una de las grandes plagas de nuestro tiempo: el narcisismo. Reconoce la lucidez de Christopher Lasch, un pensador cristiano y marxista que ya detectó el problema hace cuatro décadas. 
Su ensayo ‘La cultura del narcisismo’ (1979) retrataba muchos problemas que han crecido desde entonces. “El narcisismo es la degradación de los individuos. 
Una cosa es contar con una posición crítica que se resiste a ser domeñada por la opinión general y otra volcarse en uno mismo sin establecer compromisos con el mundo. Digamos que el narcisismo representa el camino más fácil: vivir obnubilado en la contemplación de uno mismo sin luchar por mejorar nuestras vidas. Es un fenómeno que se intensifica de modo imparable con el desarrollo de una sociedad de consumo masificada, a la que, sin embargo, no le interesa la creación de vínculos sólidos entre personas”, lamenta.
La consecuencia de este proceso es otra patología social: el consumismo. “El consumo es una adicción como cualquier otra. Los adictos, generalmente, lo son porque carecen de relaciones sanas con otros. Se trata de una compensación a interacciones personales insanas. En un entorno como este, cada uno de nosotros se ve impelido a cosificarse, a tornarse un producto de consumo, con una identidad individualizada que no ha de ser contaminada por individualidades ajenas. Se trata de una degradación del utilitarismo liberal que hace del yo y de sus necesidades más groseras la medida de todas las cosas. Ahí volvemos al narcisismo, que es un onanismo estéril, un narcótico que nos inhibe y nos refrena de cualquier acción verdaderamente significativa. Digamos que el narcisismo ofrece un falso sentido a nuestra existencia. Una individualidad sana exige compromisos con uno mismo y con el mundo”, explica.

Retomar las obligaciones

Otro méritos del ensayo es proponer recursos. Por ejemplo, nos anima a aceptar que nuestras vidas necesitan malos ratos. “A primera vista, una existencia sin frustraciones puede parecer muy deseable; sin embargo, sin la frustración no hay cambio, ni progreso, ni siquiera felicidad. La felicidad es algo transitorio que solo existe al ser contrastada con periodos de dolor y sufrimiento. Se nos vende la fantasía de que el consumo nos hará libres, cuando ocurre exactamente lo contrario.

El consumo no sacia, las relaciones personales sí. Incluso cuando acaban mal, son saciantes; además, nos ofrecen enseñanzas que nunca olvidaremos. Suponen experiencias que sirven para esculpir nuestro ser desde su base”, señala. La prueba de que algo no funciona son los datos de aumento de las enfermedades psicológicas en nuestro país.

“A la altura de 2017, el 25% de los ciudadanos españoles ha sufrido o sufre alguna enfermedad mental, algo que según la Sociedad Española de Psiquiatría va unido a la crisis económica que inició su andadura en 2008”, recuerda el libro....

 https://www.elconfidencial.com/cultura/2018-11-29/inaki-dominguez-autoayuda-felicidad_1664370/
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La cultura del narcisismo
M. Selvini Palazzoli, S.Cirillo, M. Selvini y A.M. Sorrentino
(Fragmento)
Por eso, lo que escribía en los años de mis inicios como psicoterapeuta individual (cuando el 85% de las madres de mis pacientes eran amas de casa) - que era preciso que estas madres tuvieran también un trabajo externo que las hiciera menos frustradas, controladoras e intrusivas - se ha demostrado del todo equivocado.
Hoy, en que el 81% de las madres trabaja, como hemos leído en esta encuesta y como se desprende de nuestra casuística de los últimos cuatro años, la anorexia - bulimia no ha diminuido en absoluto, sino que se extiende.
No sólo se extiende, sino que nos hallamos en la dificultad de encontrarnos frente a anoréxicas bulímicas muy distintas.
Yo, que he tenido la suerte de poder estudiarlas durante un lapso de casi cincuenta años (en 1950 vi a mi primera anoréxica y la curé con el psicoanálisis), puedo decir con seguridad que las anoréxicas como las descritas por Hilde Bruch, para entendernos, del tipo de las permanentemente restrictivas, dependientes y pegadas a la madre, se han convertido en una exigua minoría.
Es probable que aquellas pacientes tuvieran como su madre un apego ansioso ambivalente, porque la tenían demasiado encima, opresiva y ansiosa. Las de hoy deberían haber tenido con su madre, en su mayoría, un apego ansioso esquivo, porque las madres estaban y no estaban debido al trabajo fuera de casa.
Y pienso que precisamente gracias al sufrimiento de este tipo de apego han aprendido a defenderse con un desesperado lo hago sola, lo hago yo, desarrollando así un individualismo duro, o narcisista, que yo no encontraba casi nunca en mis pacientes cuando era psicoanalista en los años cincuenta y sesenta.
En la experiencia de nuestro equipo, cuanto más son las anoréxicas de este tipo, más difíciles son de tratar, precisamente porque les cuesta entrar en relación con el terapeuta.
Christopher Lasch, en su libro titulado La cultura del narcisismo, publicado en 1975 y reeditado en 1990 con un nuevo prefacio, sostiene que en esta cultura la obsesión dominante es vivir el presente. Vivir para sí mismos, no para los predecesores ni para los venideros (pág. 17).
Estamos perdiendo rápidamente, dice, el sentimiento de la continuidad histórica, el sentimiento de pertenencia a una sucesión de generaciones que hunde sus raíces en el pasado y se proyecta en el futuro. Es la pérdida del sentido histórico, en particular la lenta disolución de cualquier interés serio por la posteridad (pág. 64). Estas condiciones han transformado también a la familia, que es, a su vez, un factor determinante de la estructura profunda de la personalidad.
Una sociedad que teme no tener futuro no puede estar muy atenta a las necesidades de las nuevas generaciones, y el sentimiento siempre presente de discontinuidad histórica - el flagelo de nuestra sociedad - repercute sobre la familia con efectos particularmente devastadores.
Los esfuerzos de los padres modernos porque sus hijos se sientan amados y deseados no consiguen esconder un distanciamiento de fondo, el de quien tiene muy poco que transmitir a la siguiente generación y ve, en todo caso, como prioritario su derecho a la realización personal. ¡El distanciamiento emocional, unido a los intento de convencer al niño de su posición de privilegio en el interior de la familia, constituyen una excelente base para empujarlo a modelar una personalidad narcisista!.
Pero volvamos a reflexionar sobre el rol materno. ¿Estas mujeres hipereficientes y superocupadas pueden convertirse en madres competentes?. Por supuesto que sí. Pero con el niño pequeño y sólo materialmente. Respetan con gran exactitud los horarios, las dosis y las salidas al aire libre. ¿Pero disfrutan de ello?.
Lo dudo mucho. Aun cuando es innegable que la crianza de un niño pequeño (todavía más que la del lactante) es gravosa, física y psicológicamente. Sin embargo, para el niño pequeño la competencia materna debe enriquecerse con la capacidad empática: captar al vuelo sus disgustos y sus alegrías, intuir sus expectativas, sus ganas de jugar, bromear y reír. Esto era mucho más fácil en la familia numerosa patriarcal, donde una madre incompetente podía ser sustituida por otros, mientras que es mucho más difícil para la madre a menudo demasiado sola de la actual familia nuclear.
¿Y si todo es solamente un deber, cómo pueden transmitir estas mujeres a sus hijas el derecho de disfrutar, de jugar, de saborear y de bromear?.
¿Qué hacer entonces para encontrar un remedio, para prevenir este crecimiento de trágicos destinos?. Habría que inventar modalidades sociales nuevas, inspiradas éticamente, para obstaculizar la difusión de esa plaga que nos infecta a todos y que se llama individualismo duro.
Ya es tiempo de moverse en esta dirección. Ya que las excesivas epidemias sociales de los adolescentes, las tóxicodependencias y la impresionante multiplicación de las diagnosis de borderline y de los casos de anorexias - bulimias, de depresiones y suicidios adolescentes testimonian trágicamente la urgencia de cambios que no reduzcan a la gente a encerrarse en una coraza.
Para esta tarea estamos llamados, por supuesto, en primera línea, todos nosotros, los psicoterapeutas, de cualquier método y escuela como obligación moral, es más, como responsabilidad moral.
Este trabajo, obviamente, debe comenzar por nosotros mismos. Tampoco nosotros somos, desde luego, inmunes a la extensión del contagio narcisista.

Fragmento extraído del libro: Muchachas anoréxicas y bulímicas
M. Selvini Palazzoli, S. Cirillo, M. Selvini, A. M. Sorrentino (Ed. Paidos)

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"FELICIDAD" OBLIGATORIA

Un ensayo demoledor que nos enfrenta a una gran pregunta: ¿estamos obligados a ser felices? Es más, ¿quién dicta qué es la felicidad? Tener o ser, esa es la cuestión.

De un tiempo a esta parte, parece como si estuviéramos obligados a ser felices. Tanto los Estados como el mercado y la tecnología nos animan a dejar atrás el malestar (y, de paso, la inconformidad) y a disfrutar (¡sin protestas, por favor!) del presente. Pero, ¿eso es la felicidad? La industria de la felicidad –un oportuno antídoto contra esas frágiles obras de superación personal que atestan las mesas de novedades− explora el modo en que nuestras emociones se volvieron, para bien para mal, la religión de esta era.

En La industria de la felicidad, William Davies recorre los pasillos de las empresas, laboratorios y oficinas gubernamentales para descubrir cómo se construye la noción dominante de felicidad, cómo se mide, cómo se vende. En el camino dibuja un implacable retrato del capitalismo contemporáneo y delinea otra idea de felicidad, acaso menos rentable, pero más esperanzadora.

William Davies es sociólogo, analista de economía y política y profesor en Goldsmiths, University of London. Colabora con las publicaciones New Left Review, Prospect y Financial Times. Además de La industria de la felicidad, es el autor de The Limits of Neoliberalism: Authority, Sovereignty and The Logic of Competition.

La felicidad es un concepto cuasifilosófico que ha tenido múltiples definiciones a lo largo de la historia; de hecho, en los últimos tiempos se ha convertido en una referencia constante en terrenos tan diversos como el laboral, el económico o el personal. Este ensayo de William Davies pretende mostrar los intereses que la industria puede tener en explotar el concepto «felicidad» más allá de la mera realización del individuo.

El autor comienza con un repaso a algunas de las distintas metodologías que han intentado aprehender el significado de la felicidad, o incluso cuantificarla bajo diferentes criterios.

Obviamente, pronto el concepto se empieza a poner en relación con el dinero, en especial a partir de mediados del siglo XIX. Y es de vital importancia, como pronto se señala, entender que el dinero «tiene que ejecutar dos funciones contradictorias de forma simultánea: servir como repositorio de valor y como medio de intercambio»; de aquí se derivan ulteriores concepciones, como es la dicotomía que se establece entre el precio de algo y el valor que se le otorga, conceptos muy importantes para, a su vez, plantear el significado de la felicidad. Si una mercancía es el vehículo —comprado con dinero— que puede proporcionar placer o evitar sufrimiento, la felicidad pronto entra en una relación dependiente con la economía.

Así pues, el mercado se ha transformado en un espacio en el que los consumidores debemos (o ansiamos, espoleados por la publicidad y el marketing) satisfacer nuestros deseos para alcanzar la felicidad; algo que, no obstante, nunca se consigue por entero, ya que el sustento de la industria neoliberal se basa en la recurrente insatisfacción del usuario para, de este modo, evitar que alcance un estado de paz o saciedad.

Los avances tecnológicos han permitido una medición más fiable de nuestras respuestas a ciertos estímulos, de forma que el mercado tenga una información más concreta de lo que puede vendernos; no obstante, para ello es necesario un discurso que presente la consecución de la felicidad como un objetivo alcanzable. Aquí es donde el neoliberalismo ha introducido un factor de competencia o individualismo, en lugar de ofrecer soluciones comunitarias y sociales. Al presentar la felicidad como un elemento que se alcanza solo mediante esfuerzos o logros personales, por una parte se se elimina la responsabilidad moral hacia los débiles (un grupo en el que se engloban desde los desfavorecidos hasta los que han sufrido algún trastorno que les ha impedido «realizarse»), y por otra se fomenta la aparición de toda una industria dedicada a vender felicidad como un elemento mensurable, cercano y asequible.

Lo que Davies señala en las últimas páginas de su ensayo es que los esfuerzos por alcanzar o propiciar la felicidad como algo meramente personal no son fructíferos dentro de una sociedad. 
El rendimiento económico que se extrae de ello es evidente, pero las consecuencias a nivel social, incluso individual, son desastrosas. 

........... -El capitalismo siempre ha necesitado expandirse hacia nuevas áreas para prosperar. También enfrenta el problema de conseguir legitimarse y mantener la demanda para una expansión sin fin de nuevos productos. Desde el comienzo del siglo XX la psicología ha sido uno de los principales instrumentos para hacer esto posible. La psicología ofrece teorías y evidencias para saber cómopersuadir a la gente para que realice determinados actos, en tanto que consumidores y trabajadores.
La relación entre estar sano y ser productivo se ha venido enredando con el paso del tiempo, y así ahora tenemos una sola idea de cómo es una persona “positiva” y exitosa y la manera en la que vive. Me parece que la enorme cantidad de esfuerzo que se ha puesto en este proyecto por parte de los diferentes negocios implicados en ello hace bastante difícil que uno se pueda resistir a aceptar esta idea. También resulta un modo de capturar las energías que de otra manera podrían dedicarse a la actividad política, por lo tanto los gobiernos han sido muy proclives a ayudar a los negocios a controlarnos en este sentido, y así consiguen suprimir otras alternativas políticas.
--- El concepto de “Bienestar” es un concepto holístico. Significa salud, felicidad, calma y estar con uno mismo aceptando las circunstancias personales. Por supuesto que eso incluye también un cierto estado económico mental, que implica que uno está trabajando duro y es optimista, lo que encaja bastante bien con un punto de vista neoliberal de alcance mundial. Al tratarse de un concepto holístico es capaz de juntar cuestiones de salud con otras económicas.
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...hacen del consumismo y de un capitalismo neo liberalizado, a todos los niveles, un arma para mantener como “obnubilados” a los ciudadanos y ciudadanas… Mientras compran o están concentrados en ello, mientras se realizan adquisiciones de cosas que, a menudo no necesitamos y casi ni utilizaremos. Pues, mientras tanto, los trabajadores, por poneros un ejemplo, del supermercado y de la grande superficie está trabajando con unos contratos basura, con condiciones denigrantes… -El consumo muy a menudo utiliza ideas políticas y símbolos para dirigir el deseo de la gente. Por ejemplo el ideal político de la libertad es un buen modo para que la gente compre más. Pero al mismo tiempo, tal como dices, una distracción de lo que realmente sucede en el terreno de la política.

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Con el uso del llamado "pensamiento positivo" se está pasando del control externo al control interno de la población. 

Y ADEMAS NO SIRVE:





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Pensamiento positivo made in Spain
El "pensamiento positivo" se ha desarrollado sobre todo en los Estados Unidos, donde ha reemplazado los viejos esque­mas calvinistas de "bueno/malo", de la importancia del es­fuerzo individual y de la necesidad de estar siempre vigilando los pensamientos de uno mismo por si se vuelven "negati­vos'. 
El pensamiento "positivo" ha infiltrado todos los aspec­tos de la vida de los norteamericanos (incluidos los canadienses y los mexi­canos), a quienes acompañan desde su primer café de la mañana los men­sajes y las órdenes de ver las injusti­cias como oportunidades desde la taza del desayuno con el mensaje "Tu día es lo que tú decides", pasando por la camiseta con la que se viste en la que lee la frase "La reali­dad es el espejo de tus pensamientos", hasta el coche que con­duce a su trabajo (mal pagado) con una pegatina que dice "La crisis es oportunidad" en una oficina decorada con un cartel que reza: "Leer pensamientos positivos cambia la realidad".

El pensamiento positivo predicado por el neoliberalismo anima a negar la realidad y asegura que si se piensa, por ejemplo, en tener más dinero, el pensamiento en sí ya lo atraerá.

Esta idea llegó a su máxima aceptación con la publicación, en los EEUU, del libro El Secreto, que ha tenido un éxito sin pre­cedentes predicando "la ley de la atracción". Si quieres algo, dice la autora, sólo tienes que "atraerlo" con tus "pensamien­tos positivos". (En España, los profesores de ESADE Alex Rovira y Fernando Trías de Bes publicaron una breve pero exito­sa imitación de ese libro, La Buena Suerte).

Esta idea ha cala­do profundamente en la sociedad norteamericana. Cuando estas ideas han sido criticadas, los partidarios de la atracción positiva, a través de la prensa, libros y una película, han asegu­rado que sus ideas están basadas en la física cuántica', retóri­ca que también están repitiendo los "emprendedores" espa­ñoles.

Esta manipulación de la física cuántica está dando al pensamiento positivo del neoliberalismo un toque "científico" para hacerlo más aceptable. 
Sólo hay que ver la repentina ava­lancha de libros divulgativos sobre la física cuántica, entre otros la novela del profesor de ESADE, Alex Rovira, La Última Respuesta, para confirmar que el pensamiento positivo neoli­beral se está instalando el Estado Español.

Podría pensarse que en el Estado Español, con su cultura. mediterránea, su tendencia a la informalidad y con un catoli­cismo que pierde seguidores y que mantiene la "trampa" de la confesión como válvula de escape, el positivismo no iba a tener éxito. Pero vemos que el positivismo está creciendo con alarmante rapidez sin ser cuestionado.

Desde las elites políti­cas y económicas hasta las médico-científicas, que ven el "ne­gativismo" del paciente como la etiología de su enfermedad, desde los medios de comunicación hasta los deportistas que hacen publicidad para los bancos, la vida cotidiana de los es­pañoles está saturada del pensamiento positivo.

Aunque el catolicismo y su cultura de la culpa han dejado una profunda huella en el Estado Español, el positivismo, sobre todo con su enfoque binario y su absolutismo, es la tirita, el bálsamo para el trauma transgeneracional que se arrastra sin elaborar desde hace 75 años, trauma de la Guerra Civil Espa ñola, de la posguerra y de la dictadura.


La gran herida colectiva del Estado español, que tanto necesita ser curada en una tarea compartida entre los nietos de los que vivieron esa violenta etapa, no sólo lleva años siendo evitada, sino que se cronifica y se perpetúa ahora con el binarismo simplon  "positivo/negativo" del pensamiento positivo, reproduciendo así esquemas como "rojos/nacionales" y "vencedores/vencidos" ...y manteniendo el miedo a cuestionar.

El absolutismo "bueno/malo" encuentra su eco perfecto en la ideología positivista y ayuda a mantener la representación mental del trauma de los antepasados'. La vulnerabilidad y la humillación (que se manifiestan por la vergüenza y por procesos de autonomía personal alterados) que permanecen en la identidad de la sociedad de posguerra y posdictadura, encuentran en el positivismo una respuesta al mandato transgeneracional de encontrar una seguridad superficial y rápida, y así calmar los incomprensi­bles temores heredados de los abuelos sin ser verbalizados ni elaborados'.

El positivismo en el Estado Español per­petúa el trauma transgeneracional congelado en el retorno de lo reprimi­do como síntoma colectivo y ahora, no sólo es una arma muy útil para fomentar y mantener el neoliberalismo y sus políticas antisociales, también nos con­dena a un "acting out" inútil y a una repetición compulsiva de las divisiones.

La infiltración de los valores neoliberales en los individuos que interiorizan estas normas sociales y pensamientos, les impide ver la realidad del neoliberalismo

Como no hay ciudadano en el Estado Español que esté exento de las marcas provenientes de la GCE y de la posguerra por la transmisión psíquica de una generación a la otra (cons­ciente o inconsciente), el bálsamo superficial del pensamien­to positivo goza y seguirá gozando de una gran aceptación con pocas críticas en todos los ámbitos de la vida de la ciudadanía con el peligro que esto supone en tiempos neoliberales.

Emprendedores positivos

La aplicación del pensamiento positivo y su lenguaje está teniendo un éxito especial en el mundo empresarial español. Quedan pocas universidades en España que no tengan una "Cátedra Emprendedora", organizada en colaboración con las cámaras de comercio, para "promover el espíritu emprende­dor" y "fomentar la creación de empresas desde la Universi­dad".
Este nuevo espíritu "emprendedor" argumenta (sin pruebas científicas) que "cerca del 78% de nuestros pensa­mientos son negativos y el 22% son positivos', y que si el jefe se plantea despedirte, hay que "darle la vuelta a los pensa­mientos negativos y descubrir lo positivo".

A través de dos aplicaciones más modernas de la coercitiva Terapia Cognitivo-Conductual (TCC, con sus recompensas para pensamientos positivos y sus castigos para los pensa­mientos negativos, el Coaching y la Programación Neurolingüística (PNL) están siendo utilizados en el mundo empresa­rial para, como dice el libro PNL para líderes, publicado por la Universidad de Extremadura, generar estrategias de éxito.

El Coaching Empresarial se ofrece en casi todas las universida­des españolas para entrenar a los "emprendedores" en "los elementos personales que influyen directamente en los resul­tados económicos de la empresa". Esta mejoría en la economía de la empresa, según explican el PNL para ejecutivos y el Coaching Empresarial se consigue si los empleados "controlan sus estados mentales negativos y los cambian por positivos". Todo esto, aseguran los cursos de ESADE de Coaching Empresarial, incluye la "identifica­ción de estrategias de recompensa que motiven a los empleados a mejo­rar su compromiso y lograr resulta­dos" y "el estímulo de las relaciones de los empleados creando una actitud de propietarios".
Se quiere fomentar una "actitud", pero no una realidad en la que los empleados compartan la propiedad de la empresa.

Es significativo el éxito sin críticas del libro La Buena Crisis del profesor de ESADE Alex Rovira (para quien la crisis efecti­vamente ha sido buena, porque cobra 10.000 euros por confe­renciar°), que ha sido traducido a 35 idiomas, ha vendido medio millón de ejemplares, y sus cursos, conferencias e ideas están presentes en las empresas y en la vida política del país. La tesis de Rovira es que la crisis económica actual es, en rea­lidad, una crisis de "conciencia individual". Como ejemplo de la actitud que se debe tener ante la crisis, Rovira hace referen­cia a "los países con carencias" en los que los ciudadanos "comen raciones paupérrimas" pero "viven con el ingenio y la sonrisa". En todos sus libros, conferencias y clases a ejecutivos y políticos, 
Rovira repite el mensaje de que no sólo tenemos que dar las gracias a la crisis ("A ti, Crisis, por todo lo que das, por iodo lo que eres... por la Belleza y la vida que nacen en ti. Por todo, Gracias. A todo, Sí"), sino que, como se decía en tiempos menos políticamente correctos sobre la violación, nos invita a relajarnos mientras vivimos las consecuencias de la crisis:
"Si quieres relajarte, disfruta de la crisis". Rovira repi­te una y otra vez que hay que ser positivo ante la crisis econó­mica y nos asegura que "nuestra voluntad positiva nos regala­rá herramientas espirituales y psicológicas para asumir o enfrentarnos a un nuevo escenario desconocido por todos". 
Pero Rovira no es muy amable o "positivo" con el lector y le tacha de "negativo", como un viejo cura reprimiendo a un pecador, por sentir rabia hacia sus jefes o su banco ("El amor no es una patraña. Aseguras que no puedes querer a tu jefe ni a esos bancos que te han destrozado los sueños de bienestar material. ¡Qué narices!") al mismo tiempo que le critica tener "hambre por las posesiones" incluida "tu fantástica televisión de plasma" y aconseja vivamente:
"Deja de perder los estribos ante las finanzas y persevera tu oro interior".


Con un poco más de elegancia que Rovira, Pere Monrás pre­dica sobre la importancia del lenguaje en el mundo empresa­rial. Monrás insiste en que "tra­bajar las palabras se hace cada día más relevante" y propone cambiar el significado y el uso de la palabra "generosidad" no para ayudar a los más desafor­tunados, sino porque puede ser "la gran herramienta de recupe­ración de la confianza, impres­cindible para construir nuevos modelos de relaciones econó­micas".

Sería tal vez esa inter­pretación del concepto de la "generosidad" la que tuvo Mon­rés durante su importante ca­rrera como director del Institut Catalá de la Salut y luego como director del Hospital Parc Taulí (en el cual fue denunciado por mobbing), cargos que han de­saparecido de su currículum. Ahora sólo figura como "presidente fundador de Helix3c, pro­motor de la Red de emprendedores Growing Up y vicepresi­dente de la fundación privada Cercle per al Coneixement".

El Cercle per al Coneixement aglutina a empresarios, la ma­yoría de los cuales se establecieron gracias al tiempo pasado en la administración pública, y ahora dicen ser teóricos y pensadores del "optimismo para tener una industria compe­titiva". En sus textos de presentación critican "un estudio reciente sobre los libros de texto de educación básica, que dice que la palabra `empresa' casi no se nombra, y cuando aparece, el 95% La tesis de Rovira de las veces lo hace con valoraciones económica acto despectivas o negativas". Explican una crisis de "con que casos como estos "corresponden a unos valores instalados en la sociedad", valores de los jóve­nes que desde el Cercle denuncian:
?Cómo hemos podido llegar a esta situación?... 
Cómo es posible que los jóvenes que se matriculan en la universidad escojan sobre todo carre­ras de letras?". Critican también la atracción de la sociedad hacia lo público cuando, subrayan con cierta indignación, "lo público está pagado a partir de los impuestos que pagamos las personas y las organizaciones públicas y privadas, pero se necesita también una sociedad privada, industrial, porque es la que tiene más oportunidades de generar y repartir riqueza o bienestar". 
Y por si no lo sabíamos ya, nos recuerdan que "en la sociedad del bienestar no está todo resuelto".

El pensamiento positivo presenta la crisis como una oportunidad para los "emprendedores", 
....por lo que no debemos preocuparnos por ella. 


sientate tranquilamente y deja que los mercados hagan lo que tienen que hacer ......




Enfermos negativos

En el ámbito de la salud, el positivismo está siendo de gran utilidad para las administraciones sanitarias en tiempos neoliberales para deshacerse de la responsabilidad de aten der a las personas enfermas. Se intenta convencer a los ciu­dadanos de que su salud es sólo su responsabilidad individual, y que cualquier enfermedad es el producto de "actitudes negativas" y no de, entre otros, factores como las desigualdades socio-económicas, los tóxicos en el medio ambiente, los desarreglos orgánicos o la microbiología. En resumen: se culpa al enfermo.

Las desigualdades sociales y los trabajos precarios son algu­nos de los factores desencadenantes de los problemas de salud mental 12, pero, en vez de ofrecer servicios socio-sanita­rios en los que la persona con ansiedad o depresión pueda ser escuchada y escucharse, pueda elaborar sus sentimientos y recibir apoyo, o un espacio en el que pueda conectar su reali­dad con la de otros que se sienten como él, se le culpabiliza y se le convierte en su propio castigador.

Es necesario hablar, hablar sin permiso, hablar sin justificarse, hablar sin miedo, de lo que se vive a nivel individual y colectivo, de nuestra verdad ahora.

Se intenta convencer a los ciudadanos de que su salud es sólo su responsabilidad individual, y que cualquier enfermedad es el producto de "actitudes negativas"

En Cataluña, las personas con depresión o ansiedad que acuden a su médico de Atención Primaria son medicadas y, a menudo, derivadas a grupos "psico-educativos" (guiados por profesionales de enfermería sin formación en psicología ni en dinámica de grupos). Los objetivos de estos grupos son que el paciente tome su medicación y que "sustituya sus pensamien­tos distorsionados por otros más adaptativos"13. Se explica a los pacien­tes que sus pensamientos "negativos" están "distorsionados".

Cuando el par­ticipante, a quien no se le anima a hablar ni a compartir con los otros parti­cipantes, sino a escuchar la presenta­ción Powerpoint, verbaliza dificulta­des con su realidad como el paro, la situación económica, aislamiento social, etc., se le enseña a interrumpirse a sí mismo diciéndose —stop' o `para',o a través de una estimulación negativa (como por ejemplo: pellizcar­se) ". Después de esa autoflagelación, se "entrena" al paciente a argumentar contra sus propios pensamientos "negativos":

"?Es realista y objetivo lo que pienso?" y "?Me sirve de algo pensar así?". El resultado es que la perso­na duda de su verdad y de sus sentimien­tos sobre su situación y se siente juzgada por pensar lo que piensa. También se siente culpable de causarse su depresión. Sobre todo, después de asistir a las 12 sesiones, la persona deprimida o con an - siedad estará aún más lejos de cuestionar la realidad socioeconómica en la que vive.

En el Estado Español, la formación universitaria de los psicólogos es funda­mentalmente cognitivo-conductual. En esta rama de la psicología, que se ejerce a través de la Terapia Cognitivo-conduc­tual (TCC), el enfoque está en "los erro­res" de la manera de pensar del paciente y en cambiar sus pensamientos "negati­vos" por otros "positivos" (aunque algu­nos autores españoles ahora enmascaran esas expresiones con otras como: "prime­ros pensamientos"—que son negativos y que hay que cambiar— y "nuevos pensa­mientos"—los buenos y razonables). Da igual cómo se les llame o cómo se les dis­frace: la idea es no fiarse del pensamiento crítico de uno mismo, autocensurarse y castigarse.

La TCC se está utilizando en la sanidad pública, por ejemplo, para no dar tratamientos relevantes a los enfermos de los Síndromes de Sensibilidad Central (SSC) como el

Síndrome de la Fatiga Crónica, las Sensibilidades Químicas Mútiples y la fibromialgiá4. Aunque las bajas laborales y las pensiones de estos 3 millones de españoles enfermos dependen de su participación en grupos de TCC en los cuales se les ridiculiza y culpabiliza, las asociaciones
de enfermos han comenzado a denunciar este abuso como, por ejemplo, a través del documental La goma y el marrón15. La "goma" se refiere a la goma elástica que se pide a los participantes que lleven en la muñeca 24 horas al día para hacerse daño tirando de ella cuando tengan un pensamiento "negativo".

El enfermo de SSC, sin duda, tiene muchos pensamientos "negativos" sobre el tener una enfermedad que es inmunológica o neurológica con síntomas severos, para la cual las listas de espera son de 3 años en la sanidad pública y donde se pretende que la TCC es un "tratamiento". También, sin duda, tiene pensamientos negativos sobre no ser creído por la sociedad y ser visto no como una persona enferma sino como un "vago" o un "cuentista", por estar demasiado enfermo para trabajar .y no tener ingresos, y sobre tener una calidad de vida peor que si tuviera esclerosis múltiple16. Además de su desamparo y su sufrimiento físico, estos enfermos tienen que hacerse daño y criticarse por no ver la incomprensión y la discrimi­nación por parte de las administraciones públicas como "positivas".

Archivo:WhiteandKeynes.jpg
En la fotografía a la derecha John Maynard Keynes, quién defendió la propuesta inglesa de crear un organismo internacional independiente, que se regiría por los principios democráticos y que buscaría lograr la estabilidad económica con una moneda nueva e independiente, el bancor, y con una política donde el superávit de las naciones más ricas sirviera para ayudar en la financiación de las más pobres, con lo que se elevaría el nivel de estas y podrían comprar los productos que fabricasen las más ricas beneficiándose mutuamente. Pero esta propuesta fue rechazada por Estados Unidos que apoyó   la de Harry Dexter White , a la izquierda en la imagen, con la creación del Fondo Monetario Internacional tal y como lo conocemos , pero donde sería Estados Unidos la que controlaría sus decisiones al contar con la mayoría de los votos gracias a su aportación económica al fondo común 

Lo difícil es ver las injusticias, las manipulaciones y la violencia que hay debajo del lenguaje "positivo"

Escuchar, pensar, cuestionar y hablar

Cuando el Estado reprime a la población con violencia física o con palabras ofensivas, es más fácil que los ciudadanos entiendan que están siendo agredidos. Pero lo difícil es ver las injusticias, las manipulaciones y la violencia que hay debajo del lenguaje "positivo". Si, como dice David Harvey, la primera arma del neoliberalismo es el lenguaje, urge que la ciudadanía desa­rrolle sus habilidades de escuchar y cuestionar la retórica del poder en todas sus formas.

Al ver juntas palabras como "crisis" y "positivo", "eficiencia", "sostenibili­dad económica", "esfuerzo'; "oportunidad", es importante releer con cuidado y preguntarse una y otra vez: ¿Quién quiere que nos creamos esto? ¿Para qué? ¿A quién le sirve que yo me crea esto? ¿A quién le viene bien que yo vea el hecho el perder mi trabajo como una oportunidad? Que los ciu­dadanos piensen es peligroso para los poderes porque lleva a desenmascarar los intereses que están escondidos detrás del positivismo. Y después de pensar, es necesario hablar, hablar sin permiso, hablar sin justificarse, hablar sin miedo, de lo que se vive a nivel individual y colectivo, de nuestra verdad ahora. Y también hablar y sentir las historias de nuestros abuelos, pala­bras y emociones que, de maneras poco conscientes, nos pue­den sanar y alejarnos de la seducción del positivismo.

Tenemos la tarea urgente de aprender a escuchar y a identifi­car la posible infiltración del neoliberalismo y su lenguaje posi­tivista en los nuevos movimientos e iniciativas (bienes comu­nes, nuevas tecnologías, medicina alternativa, cooperativas, indignados, etc.) para mantener los nuevos espacios libres del control neoliberal y para acabar con este consentimiento.

El Viejo Topo 286 / noviembre 2011                                           por Clara Valverde Gefaell 



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'Cómo ser feliz a martillazos', 
heteroayuda literaria de Iñaki Domínguez








El prolífico autor de Sociología del moderneo y Signo de los tiempos vuelve a los mostradores de novedades con una versión muy personal de los mal llamados libros de autoayuda
 
3/12/2018 -  
 
VALÈNCIA. No eres capaz de conseguir todo lo que te propongas. Ni tú, ni nadie, no desesperes. ¿Cómo vas a poder lograr cualquier cosa solo por el hecho de proponértela? Le pese lo que le pese al pequeño coach del pensamiento positivo que ha crecido como un hongo en el interior de tanta gente desde finales del milenio pasado, esta es solo una más de las decenas de afirmaciones ridículas nacidas de la garganta enfervorecida de un telepredicador henchido de dólares. Intentémoslo: voy a volar si me lo propongo. ¿Eso no? Bien. Voy a descubrir el remedio contra el cáncer de pulmón sin siquiera recordar cómo se hacía una regla de tres. 

Todo es ponerse, y proponerse. ¿Muy ambicioso? Pero ambicioso entra en ese todo de “todo lo que te propongas”, ¿verdad? Sobre el papel parecía más fácil. Y ahora diremos que el universo tampoco conspira para que tengamos éxito, o que querer algo con ganas no lo atrae directamente hasta nuestras manos. ¿Cómo puede ser? ¿Pero no era ese El secreto
Llevemos a cabo un experimento: deseemos muy fuerte aquello que anhelemos; focalicemos, y dentro de unos minutos, cuando acabe el artículo, a ver si ha habido suerte y por lo menos lo vislumbramos a lo lejos. Viniendo de donde sea que vengan las ilusiones. 

Tirando un poco más del hilo, si para ser rico basta con pensar como un rico, ya es casualidad que tanta mentes de ricos nazcan en familias ricas. Por contra, parece que en Haití la natalidad tiene algún defecto de serie que produce mentes de pobre generación tras generación. Como los Reyes Magos, que solo visitan países del G20.

Algo le pasa a nuestro siglo que está tan obsesionado con que seamos felices, incansablemente felices, felices maníacos con los músculos de la cara hipertrofiados de tanto sonreírle a la vida, de ver el lado bueno del yugo que sea, de celebrar con amplias sonrisas la falta de tiempo si es por culpa de un emprendedurismo muy estartapiano. La revolución de las sonrisas en Catalunya, visca! El poder tiembla con tanta sonrisa, ¡va a hincar la rodilla de alegría! 

Las librerías están llenas a rebosar de autoayuda en un país que se define como la fiesta de Europa, la autoayuda es bestseller en las ferias pero aquí todos nos apañamos con unas cervezas porque sabemos encontrar la felicidad en las pequeñas cosas -algo no cuadra-. Los gurús dicen que ser feliz es una cuestión de perspectiva, que todo está en nuestra mente, en la forma con que miramos el mundo. Lo que das, recibes. Haz de tu pasión tu trabajo y no tendrás que trabajar más en tu vida. 

Y así podríamos seguir párrafos y párrafos llenando de contenido agendas, libretas, tazas color pastel, tatuajes, descripciones clónicas de perfiles en redes sociales, pies de fotos con poca ropa y posturas forzadas o conversaciones vacías de flirteo de reality

Pero no, mejor detengámonos y centrémonos en lo tangible, en un libro, en Cómo ser feliz a martillazos. Un manual de antiayuda (Melusina, 2018) obra de Iñaki Domínguez, filósofo, doctor en Antropología Cultural y escritor prolífico donde los haya a quien ya hemos visto en un lugar como este en un par de ocasiones, una fue Sociología del moderneo y otra, más reciente, Signo de los tiempos. Iñaki Domínguez no solo escribe fantásticamente bien, además escribe mucho. Y escoge con buen gusto.

Hasta ahora se ha atrevido con eso a lo que en València llamamos la modernor, con el zeitgeist criminal del siglo XX, y ahora con algo tan resbaladizo como la felicidad y la legítima búsqueda de la misma. 

Por supuesto, Domínguez lo hace a su manera, aproximándose a la cuestión paso a paso, con disciplina, negando la posibilidad de autoayudarse, negando el libre albedrío, negando las falacias de los sofistas de hoy día como esa gran mentira de la mentalidad de la abundancia -neurorriqueza, se han atrevido a llamar al engendro-. Identificando con pelos y señales a los parásitos de la frustración ajena, a los mercaderes de la solución falsa: 
a esos entrenadores, motivadores, influencers, charlatantes, vaya, que pueblan citas y eventos con nombre a base de siglas escuetas que remiten a un supuesto foro minimalista del conocimiento de vanguardia, un ágora de las revelaciones donde la verdad se muestra a quemarropa en giros sorprendentes del discurso: 

Yo era así, hasta que me di cuenta de / Mi vida era esta, pero un día / Di y un paso adelante, y entonces / Lo único que hice fue dejar de / Como no sabía que era imposible, lo hice. Y todo eso de la zona de confort. 

Es difícil dar con ideas genuinas en el maremoto de tópicos de la autoayuda y la superación. Al narcisismo rampante también le dedica unas palabras muy precisas Domínguez: 
“Por su parte la literatura de autoayuda ha promocionado la idea de que la imagen es más importante a la hora de lograr el éxito que la misma capacidad de acción de cada cual; de su eficiencia en el mundo. Esto es lo que en inglés llamaríamos «winning images» o «imágenes ganadoras». 

En la era de internet dichas imágenes, siempre públicamente expuestas, han pasado a ser la «cosa en sí» o el núcleo de la identidad individual”.

Pero no se limita Domínguez a demoler el castillo de arena de la autoayuda: a partir de la página ciento tres el autor despliega su propuesta, que no es “racionalidad castrante” ni pensamiento mágico, sino una alternativa que tira por la calle de en medio con un plan de acción que implica la cantidad justa de comprensión a las circunstancias, una cantidad aceptable de exigencia y un añadido de fe que se manifiesta en una inesperada y desconcertante irrupción del destino en la ecuación.

 La antiayuda se convierte en una suerte de heteroayuda de autor, que se abre la camisa y acorta distancias respecto a sus anteriores libros apoyando el método en vivencias propias: algunas dolorosas, otras parecidas a esos casos de éxito de las obras cuya naturaleza ha querido subvertir en la confección de este manual. Acción y hábitos contra la comodidad improductiva del creer en que solo con pensar atraemos. Lo que por cierto, nos lleva de nuevo al experimento del principio. ¿Ha llegado ya el rider con nuestro paquete de ilusión?





MEJOR QUE EL PENSAMIENTO  POSITIVO - NEGATIVO - REGULAR ....ES EL NO PENSAMIENTO, EL SILENCIO INTERIOR, ÉL ES EL VERDADERO MAESTRO


El virus liberal ejerce sus efectos devastadores

Produjo un “ajuste ideológico” que se ajusta perfectamente a la prosecución de la expansión capitalista, que a su vez lleva cada vez más hacia la barbarie. 
Convenció a grandes mayorías –incluyendo a las jóvenes generaciones - que es necesario contentarse con “vivir el presente”, tomar lo que se les ofrece en el instante, olvidar el pasado, no preocuparse por el futuro, bajo el pretexto de que la imaginación utópica puede producir monstruos
Llegó a convencer que el sistema actual era compatible con el “florecimiento del individuo” (lo que no es realmente cierto). Formulaciones académicas pretenciosas que se pretenden “nuevas” –el “post”, post-modernismo, post-colonialismo, los estudios “culturales”, las elucubraciones a lo Negri - otorgan patentes de legitimidad a la capitulación del espíritu crítico y de la imaginación creativa.

El desarrollo que la práctica de esta sumisión interiorizada es ciertamente el origen entre otras cosas, del “renacimiento religioso”. Entiendo por ese lado el resurgimiento de interpretaciones religiosas y pararreligiosas conservadoras y reaccionarias, de “comunitaristas”, ritualistas. 
El “monoteísmo” aquí convive con el “moneyteismo” sin problemas, como lo he escrito. 

Hay que excluir obviamente de este juicio las interpretaciones religiosas que movilizan el sentido que dan a la espiritualidad para legitimar su posición adoptada al lado de todas las fuerzas sociales en lucha para la emancipación. Pero las primeras son dominantes, las segundas minoritarias, a menudo marginalizadas. 
Otras formulaciones ideológicas no menos reaccionarias compensan de la misma manera el vacío creado por el virus liberal: los “nacionalismos” y los comunitarismos étnicos o paraétnicos constituyen buenos ejemplos.

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Tocqueville avizoro esta nueva forma de tirania en "la democracia en America". Y sus palabras poseen hoy una vigencia escalofriante:

"Despues de haber tomado entre sus poderosas manos a cada individuo y de haberlo formado a su antojo, el soberano extiende sus brazos sobre la sociedad entera y cubre su superficie con un enjambre de leyes complicadas, minuciosas y uniformes, a traves de las cuales los espiritus mas preciosos y las almas mas vigorosas no pueden abrirse paso: 
no destruye las voluntades, pero las ablanda, las somete y dirige; obliga raras veces a obrar, pero se opone incesantemente a que se obre; 
no destruye, pero impide crear; no tiraniza, pero oprime; mortifica, embrutece, extingue, debilita y reduce, en fin a cada nacion a un rebaño de animales timidos e industriosos, cuyo pastor es el Estado"
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LAS BASES DE LA SALUD -  2 ENFOQUES COMPLEMENTARIOS: 


En cuanto a los llamados “estilos de vida” puede decirse que hoy en día alrededor de tres cuartas partes de la humanidad no dispone de la opción de elegir libremente comportamientos relacionados con la salud como llevar una alimentación adecuada, vivir en un ambiente saludable, o tener un trabajo gratificante no nocivo para la salud. 

Así pues, la salud no la elige quien quiere sino quien puede [Benach y Muntaner, 2005;Benach y Muntaner, Sin Permiso 2011]. Sin embargo, los gobiernos de la gran mayoría de países continúan “inundando” a sus poblaciones con recomendaciones relativas a los “estilos de vida”. Algunos de los ejemplos que podemos seleccionar entre las recomendaciones que se hacen en la mayoría de países son las siguientes:

No fumes, y si no puedes, fuma menos; sigue una dieta equilibrada, come mucha fruta y verduras; mantente físicamente activo; si bebes alcohol, hazlo con moderación; .....”.

Hace una década, David Gordon, un epidemiólogo social crítico, redactó una lista de recomendaciones alternativas a las anteriores. Algunos ejemplos de su lista alternativa son los siguientes:

No seas pobre, pero si lo eres, deja de serlo, y si no puedes, intenta no ser pobre demasiado tiempo; no vivas en una zona deprimida y pobre, pero si vives en ella, vete a vivir a otro lugar; no trabajes en un trabajo estresante, mal pagado, y con un trabajo de tipo manual; no vivas en una vivienda que sea de mala calidad, ni seas una persona “sin techo”...”.


Con esa lista, Gordon quiso reivindicar el contenido “culpabilizador de la víctima” que tienen las recomendaciones centradas en los “estilos de vida” así como la necesidad de enfatizar la importancia de los determinantes sociales de la salud, ya que éstos influyen decisivamente en la producción de estilos de vida saludables que a su vez producirán buena salud [Gordon, 1999].


Notas
  1. Pizza G, "Antonio Gramsci y la antropología médica contempo­ránea. Hegemonía,'capacidad de actuar' (agency) y transforma­ciones de la persona", Revista deAntropología Social,-añol vol 014, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 2005. Pp 15-32.
  2. Michaels D, Doubt is their product: how industry's assault on sci­ence threatens your health, Oxford University Press, NewYork, 2008.
  3. Ehrenreich B, Ehrenreich B, Smile or die: How Positive Thinking Fooled America and the World, Granta, Londres, 2009.
  4. Losier M, Law of Attraction: The Science of Attracting More of What You Want and Less of What You Don't, Losier, Victoria B.C., Canada, 2003.
  5. Volkan V, "Traumatizad societies and psychological care: Expanding the concept of preventive medicine", Mind and Human Interaction, 2000, 11 pp. 177-194.
  6. Lebovici S, "On intergeneracional transmisión: From fililation to affiliation", Infant Mental Health Journal, Vol 14(4), Win 1993, pp. 260-272.
  7. Kellerman P.F., Sociodrama and Collective Trauma, Londres: Jessica Kingsley Publishers, 2007.
  8. Korman V, Trencadís, Gaudianas psicoanalíticas, Barcelona, NC ediciones, 2010.


    9. http://psicologia.laguia2000.com/psicologia-cuerpo-mente/ el-poder-del-pensamiento-y-la-pnlprogramacion-neurolinguis­tica lÓ. Comunicación personal, David Abadal, Director Equipo Alex Rovira, 19 de agosto de 2011.
     

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    Manipulados desde la 1ª guerra mundial: 

    Los orígenes políticos de las Relaciones Públicas en la propaganda del siglo XX


    Yasky, Daniel Nestor


    Entre las potencias más activos que podemos mencionar
    se encuentran la Crece House británica en donde se
    desempeñaron periodistas del Times y novelistas como
    G.H Wells y R. Kipling, convirtiendo a Londres en el
    centro emisor de las noticias y referencias técnicas al
    mundo sobre la información que generaba la guerra.

    El gobierno de Estados Unidos creó el Committee on Public
    Information, o Comité Creel
    en referencia al periodista
    que lo presidía.
    Edgard Bernays, el creador de las relaciones públicas modernas, daría sus primeros pasos como integrante de este comité de propaganda política para persuadir a los norteamericanos de la necesidad de intervenir en el conflicto europeo. La cantidad de rumores y de informaciones manipuladas era directamente
    proporcional a los mecanismos de censura de esa época.

    “El peso de la propaganda sería tan importante en el
    desenlace de la primera guerra mundial, que llegó a adquirir
    la reputación de todopoderosa.
    Los publicistas y politólogos fundadores de la escuela norteamericana de sociología de los medios extrapolarían en sus discursos encomiásticos esta experiencia de tiempos de guerra a
    un tiempo de paz.
    Se forja la idea de que la democracia ya no podía prescindir de esas técnicas modernas de “Gestión invisible de la gran sociedad" ..........
    http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_articulo=6485&id_libro=270..


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    Pensar en positivo para superar el dolor produce el efecto contrario" 

    El psicólogo Giorgio Nardone acaba de publicar el libro 'Psicotrampas' en el que analiza las principales causas del sufrimiento humano y presenta soluciones









    Giorgio Nardone es el creador de la terapia breve estratégica,
     modelo centrado en la búsqueda de soluciones como base para entender cómo funciona el problema. 
    El nuevo libro de Nardone, Psicotrampas, es el resultado de más de 30 años de estudios de soluciones terapéuticas ya que, según el autor, “la única manera de conocer bien el problema es a través de su solución”. Nardone categoriza en este libro las trampas mentales que el ser humano construye a través de sus mecanismos psicológicos y que, repetidas durante mucho tiempo, pueden acabar derivando en una psicopatología grave.

    Según el psicólogo, el ser humano se ha complicado la vida al aplicar unos mecanismos determinados sin preocuparse de los resultados o, dicho de otra forma, utilizando siempre la misma estrategia a la hora de afrontar problemas distintos. En el peor de los casos, estos mecanismos han acabado derivando en lo que él llama psicotrampas, ya que “la naturaleza no nos ayuda, pero la cultura tampoco nos ha salvado”. 
    Nardone cree que la espontaneidad es sólo una ilusión, rechaza las teorías que aseguran que modelamos nuestras pautas de comportamiento durante nuestra infancia y se muestra crítico a la hora de hablar del pensamiento positivo y la Ley de la Atracción. Phillips, conocido autor de planteamientos freudianos concluye uno de sus libros afirmando: “Lo único que aprendemos de nuestros errores es que seguiremos repitiéndolos”. Este anatema para los seres humanos es el que Nardone quiere afrontar aplicando nuevas perspectivas y planes de acción en primera persona que permitan anular el efecto de estas “psicotrampas” de las que, según él, todos somos susceptibles a convertir en patología, especialmente aquellas personas menos flexibles. 

    -Dice que todos somos novelistas de nuestra vida. ¿Nos gusta más el drama que la comedia?
    -¡Nos encanta la tragedia! Como occidentales somos todos hijos de la tragedia, que es un género que supera a los dos que has nombrado (Sonríe). La tragedia siempre tiene un final terrible, y nuestra existencia también tiene un final trágico: la muerte.

    -Llama la atención que, pudiendo elegir nuestra manera de vivir la vida, nos decantemos por complicárnosla…
    -La naturaleza no nos ayuda nada, ya que somos seres hechos para complicarnos la vida. Nuestra naturaleza nos impone el funcionamiento neurofisiológico de repetir aquellos parámetros que nos han funcionado anteriormente. Lo que sucede es que algo que haya podido funcionar en nuestro pasado no tiene porque funcionar en el presente, y más cuando la tipología del problema también es distinta. Nuestra mente hace que elaboremos la misma estrategia con cualquier tipo de problema, y eso es erróneo ya que sólo nos lleva al fracaso.

    -¿Esta es la base de cualquier psicotrampa?
    -La base de cualquier piscotrampa reside, efectivamente, en repetir constantemente un parámetro que nos ha funcionado anteriormente. Nuestra naturaleza nos impone este mecanismo mental, pero la cultura tampoco nos salva ya que no nos ofrece una serie de herramientas que nos dejen elegir tranquilamente el modelo que necesitamos. Como occidentales, hemos sido todos educados en la racionalidad y la lógica; el problema es que tendemos a aplicar estos conceptos en momentos donde no se pueden aplicar. Muchas estrategias no nos funcionan porque están elaboradas sobre una lógica preconstituida en base de una teoría que no tiene en cuenta la realidad de los hechos.

    -¿Por ejemplo?
    Dos psicotrampas de pensamiento muy extendidas son la psicotrampa de la verdad definitiva y del razonamiento perfecto, y ambas son hijas de nuestro razonamiento racional. Creemos que este razonamiento nos salvará de cualquier problema, pero como se ha visto, por mucho que avanza la medicina moderna, algo que se plantea como conocimiento definitivo, aún no nos ha ayudado a combatir las infecciones más graves o el cáncer. Incluso te diré que el razonamiento lógicamente perfecto puede ser la base de las acciones más criminales.

    -¿Definimos nuestros patrones conductuales en nuestra infancia?
    -¡Esto es un mito! En el momento en el que tenemos capacidad de racionamiento, aproximadamente desde los 14 años, somos nosotros mismos los que construimos nuestra realidad. La realidad no es lo que nos han impuesto en nuestra infancia, sino lo que nosotros hacemos con los demás. Cada persona es responsable y artífice de su destino. La visión de que nosotros estamos moldeados o condenados por algo que nos sucedió durante nuestra infancia es un argumento obsoleto desde un punto de vista del psicoanálisis. Construimos la mayoría de problemas nosotros mismos a través de nuestras tentativas equivocadas a la hora de resolverlos. Si la estrategia no funciona e insistes, complicas más el problema en lugar de resolverlo.

    -¿Cuál debe ser, entonces, la base de nuestro aprendizaje?
    -Lo primero que tenemos que hacer es observar cuáles han sido nuestras tentativas de solución y, si no funcionan, cambiarlas y dejar de insistir, que es lo que solemos hacer espontáneamente. Es importante dejar de insistir en aplicar soluciones disfuncionales y saber cambiar la estrategia.

    -Entiendo que las psicotrampas que nos solemos poner no son, en un inicio, una psicopatología que hay que tratar con ayuda de un especialista…
    -Para nada. Son tentativas a la realidad que, hasta cierto punto, pueden llegar a funcionar. La trampa es cuando nos excedemos, como un medicamento que en sobredosis puede convertirse en algo nocivo. Ninguna de las psicotrampas es patológica en sí, lo es en el momento en el que exageramos su aplicación.

    -¿Nuestra espontaneidad a la hora de buscar soluciones puede actuar como saboteadora?
    -La espontaneidad no existe. La espontaneidad es el último aprendizaje que se ha convertido en una adquisición. Si repito algo un cierto número de veces luego acaba saliendo algo natural. La espontaneidad es otro de los falsos mitos modernos.

    -Llevamos dos. ¿Cuáles son las psicotrampas más generalizadas?
    -Hay dos grupos de psicotrampas: de acción y de pensamiento. Si hablamos de pensamiento, la más extendida es la psicotrampa del engaño de las expectativas. Esperar que los demás hagan exactamente lo mismo que yo haría en la misma situación. Hay que entender que cada persona es diferente y no hará lo mismo que yo.

    -Vaya, que esperamos demasiado de los demás…
    -Sí, especialmente de las personas que nos son más cercanas. Cada individuo tiene una percepción concreta de las cosas y nunca la podrá percibir como la otra persona; como no siente lo mismo, su comportamiento y su reacción será diferente. Si yo espero que hagas exactamente lo que yo haría, caeré en una psicontrampa porque me llevaré una desilusión.

    -¿Qué estrategia tenemos que elaborar para afrontar esta situación?
    -Empezar a aceptar que cada persona percibe la realidad desde diferentes puntos de vista y dejar de esperar de los otros que hagan lo que haríamos nosotros. Es importante aprender a ver la realidad con los ojos de los demás y tener previsto que ellos harán algo diferente. Con esto prevenimos desilusiones o sentirse herido por una expectativa falsa.

    -Vamos a las de acción. ¿Cuál es la más recurrente?
    -Insistir, insistir e insistir. Cuando un ser humano está convencido de que algo es justo o funciona insiste en ello hasta la saciedad. Por ejemplo, si estoy convencido de que mi pareja no me da suficientes atenciones y se lo digo constantemente, el resultado que voy a obtener es justamente el contrario. Otro ejemplo que tiene que ver con nosotros mismos: si hacemos algo y fracasamos,  muchas veces seguimos insistiendo y repitiendo lo mismo pensando que algún día en algún momento esto saldrá bien. Nos transformamos en el burro que quiere mover el árbol con la cabeza.

    -¿Qué tenemos que hacer aquí para evitar rompernos la cabeza?
    -Pensar que si una estrategia no ha funcionado en un tiempo, la única opción que nos queda es cambiarla; sustituir la rigidez por la flexibilidad. Al mismo tiempo, se suele decir que un hombre es fuerte cuando no se rinde y sigue insistiendo. Hay cierta presión social a seguir insistiendo y no desfallecer, pero eso es absurdo cuando la estrategia es equivocada de base o no sirve para ese problema concreto.

    -Otro discurso que se ha consagrado es el del pensamiento positivo para atraer cosas buenas a tu vida. ¿Ahora también me dirá que eso es un falso mito?
    -¡Por supuesto! Es un mito moderno que viene de esta filosofía americana del “piensa positivo y todo irá bien”. Esto es algo que ya se había propagado antes en la década de los sesenta con la beat generation o la new age, y ahora con las filosofías tibetanas y el “piensa y produce”. También está la absurda ley de las atracciones de la que se sigue hablando.

    -Bien, se ha cargado cuatro de un solo párrafo. ¿Cuál es su punto de vista?
    -Si le digo a una persona que está deprimida que piense en positivo lo único que obtendré es que se deprima aún más y tendrá un efecto contrario, como sucede con todos los problemas compulsivos. Pensar en positivo para superar el dolor produce el efecto contrario. ¿Cuándo funciona este tipo de pensamiento? ¡Cuando las cosas ya van bien! Entonces sí que puedes lograr que las cosas vayan aún mejor; pensar en positivo cuando hay cosas trágicas hace que eso vaya todavía a peor.

    -¿Qué hay que decirle, entonces, a una persona que está triste o pasando por un momento doloroso?
    -Depende del motivo de su tristeza. Si es porque algo va mal en su vida, se deben analizar sus tentativas de solución y mirar de cambiarlas. Ver qué psicotrampas aplica y encontrar una solución. Hay muchas personas que están tristes porque se esfuerzan en ser felices. A esta gente hay que enseñarle, al menos una vez al día, a darle un espacio a esta tristeza y hacerle concentrar en las cosas que le hacen sufrir para que tomen conciencia. 
    El efecto puede ser doble: o pones toda tu tristeza en este espacio y luego quedas libre, o cuanto más intentas estar triste voluntariamente tu cabeza irá en dirección contraria. Con este efecto paradoxal bloqueas tu tristeza y reaccionas. Esta es “la técnica de la peor fantasía”, que es exactamente la opuesta al pensamiento positivo.

    -¿El autoengaño tampoco funciona?
    -Esta es una técnica de autoengaño voluntario, me pongo en la condición de estar más triste para salir de este estado. Este es un autoengaño terapéutico, mientras que pensar en positivo es un autoengaño que sólo funciona cuando no tienes un problema tan devastador. Si el problema es más grande, como los derivados de las psicopatologías, el pensamiento positivo no sólo no ayuda sino que te hunde más.

    -¿El amor es la forma de autoengaño más sublime que existe?
    -(Ríe). El amor es básicamente lo que nosotros ponemos a la otra persona, y no lo que verdaderamente hay en ellas. Cuando estamos enamorados, no vemos más que virtudes en la otra persona, mientras que sus defectos nos parecen virtudes ya que emitimos una luz positiva. La prueba es que, cuando ese amor se apaga, la frase más utilizada suele ser “no es la misma persona que antes”. Y es verdad, porque vuelve a ser lo que era sin lo que yo le he añadido.

    -Pues sí que me lo pone usted mal…
    -¡De ninguna manera! Este es un autoengaño útil que nos sirve para vivir mejor. Está bien que las personas se enamoren, ellos no necesitan ayuda sólo por ello. Es un autoengaño funcional que nunca se debe extinguir.

    -Me deja más tranquilo. ¿Han aparecido psicotrampas modernas en esta sociedad tan globalizada?
    -Sí. La más extensible es la socialización de nuestras vidas, hasta las cosas más íntimas. Dos ejemplos muy claros son determinados programas como los reality shows o la tendencia de muchos adolescentes de contar toda su vida a través de las redes sociales. 
    Esto tiene un efecto devastador porque las personas no construyen una propia identidad que sea diferente a la de los demás y, sobre todo, no aprenden a gestionar la responsabilidad de tener algún secreto. Hay cosas íntimas que un individuo tiene que guardar para sí mismo o hablarlas sólo con algunas personas escogidas.


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    La vida real en tiempos de la felicidad

    ¿Es usted feliz? ¿Cree que podría ser más feliz? ¿Por qué parecen los demás tan felices? ¿Lo son realmente? ¿Hay que ser siempre positivo? ¿Existe una ciencia de la felicidad? 

    La felicidad y la actitud positiva son la ideología de nuestro tiempo. Perseguir la felicidad se nos presenta casi como una obligación. Preocuparse por el propio desarrollo, pase lo que pase a nuestro alrededor, nos parece de lo más natural. La psicología positiva se autoproclama como la ciencia de la felicidad y nos ofrece técnicas para ser felices, difíciles de rechazar, bajo el supuesto de que quien no es feliz es porque no quiere. 

    La tesis de este libro es que no existe tal ciencia de la felicidad y que su discurso no conduce a una vida con más sentido, ni individual ni colectivo.

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     en el enjambre-byung-chul han-9788425433689

    EN EL ENJAMBRE

    BYUNG-CHUL HAN





    • Nº de páginas: 112 págs.
    • Encuadernación: Tapa blanda
    • Editorial: HERDER
    • Lengua: CASTELLANO
    • ISBN: 9788425433689      2014



    ¿De qué modo la revolución digital, internet y las redes sociales han transformado la sociedad y las relaciones? Han analiza las diferencias entre la «masa clásica» y la nueva masa, a la que llama el «enjambre digital».

    El «enjambre digital», a diferencia de la masa clásica,
    consta de individuos aislados, y carece de alma, de un
    nosotros capaz de andar en una dirección o emprender
    una acción política común. 
    La hipercomunicación digital
    nos aleja más del otro, bajo la ilusión que nos acerca,
    y destruye el silencio que necesita el alma para reflexionar
    y ser ella misma. 
    Se percibe solo ruido, sin sentido, sin coherencia. Todo ello impide la formación de un contrapoder que pudiera cuestionar el orden establecido, que adquiere así rasgos totalitarios.

    «El hombre teclea en lugar de actuar», dice Han. Hemos sometido las máquinas que nos explotaban, pero ahora «son los aparatos digitales los que nos esclavizan, transformando todo lugar en un lugar de
    trabajo.»

    Se ha dejado atrás la Biopolítica y nos dirigimos
    a la era de la Psicopolítica, .  
    El psicopoder es más
    eficiente que el biopoder ya que, con ayuda de la vigilancia
    digital, controla y mueve a las personas desde dentro,
    incidiendo en los procesos psicológicos inconscientes.

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