Reseña de “Ego: las trampas del juego capitalista”
“Entre los humanos, las trampas se camuflan presentándolas como leyes de la naturaleza.”
Ego: las trampas del juego capitalista del alemán Frank Schirrmache, filósofo y codirector del Frankfurter Allgemeine Zeitung, aplica esto al tiempo presente para explicarnos cómo los economistas se han hecho cargo de la gestión del alma del hombre moderno.
Pero hay más: matemáticos dementes, algoritmos todopoderosos, genes egoístas... Ego forja un alegato en favor de la colaboración humana
Ego: las trampas del juego capitalista del alemán Frank Schirrmache, filósofo y codirector del Frankfurter Allgemeine Zeitung, aplica esto al tiempo presente para explicarnos cómo los economistas se han hecho cargo de la gestión del alma del hombre moderno.
"La sociedad ha sido envenenada por un discurso egoísta que no nos es connatural y que amenaza con llevarnos a la ruina."
Es una historia curiosa que arranca a comienzos de los 90, cuando un gran número de físicos nucleares quedan en paro y acuden a Wall Street en busca de buenos sueldos y posibilidad de utilizar en un campo novedoso la capacidad de sus mentes para describir el mundo por medio de fórmulas.
Estos físicos que vendieron su alma a los banqueros son los quants.
El modelo filosófico que les habría de servir de fundamento es un resucitado Homo oeconomicus, un ser cuyo comportamiento se explica puramente por sus intereses. En el libro se le llama también “Número 2”, porque es quien en un momento se puso a pensar y actuar en nombre del Número 1, el ser humano real. Las bases para sus modelos las encontraron en la “Teoría de juegos” y la “Teoría de la elección racional” desarrolladas durante los años 40 y 50. “Racional” se usa en este contexto como sinónimo de “lo que persigue fines egoístas”.
"La pesadilla no está en las máquinas, sino en las personas que convierten esas máquinas en instrumentos de nuevas normativas sociales".
Hay variantes de la teoría de juegos que muestran los éxitos de la cooperación y el reparto justo, pero eso no importa.
La lógica de la guerra se ha impuesto en la economía y triunfa en política con la “conversión” de gentes como Tony Blair o Gerhard Schröder. El monstruo domina el mundo con fórmulas; su herramienta de destrucción son las matemáticas. Cuando biólogos como Richard Dawkins definen a los seres vivos como máquinas de supervivencia al servicio de genes egoístas da la impresión de que no queda más que añadir para sacralizar el egoísmo como supremo argumento del progreso.
La lógica de la guerra se ha impuesto en la economía y triunfa en política con la “conversión” de gentes como Tony Blair o Gerhard Schröder. El monstruo domina el mundo con fórmulas; su herramienta de destrucción son las matemáticas. Cuando biólogos como Richard Dawkins definen a los seres vivos como máquinas de supervivencia al servicio de genes egoístas da la impresión de que no queda más que añadir para sacralizar el egoísmo como supremo argumento del progreso.
Se intenta hacer a las maquinas mas humanas y a los hombres
convertirlos en automatas
Se repasa en el libro la historia de la fascinación por los autómatas. Los androides que se construían en el siglo XVIII en Europa querían ser modelos que explicaran al hombre, y pronto algunos matemáticos como Charles Babbage (1792-1871) empezaron a jugar con la idea de una máquina capaz de desarrollar labores que se asocian al intelecto.
Sin embargo, hubo que esperar al siglo XX para que un dispositivo compitiera con el hombre en este sentido y cuando esto ocurrió, en seguida se pretendió describir al ser humano como una máquina regida por algoritmos. Hoy día, los ordenadores controlan la economía mundial y buscan únicamente el aumento de beneficios. Las crisis recientes demuestran a juicio del autor que hemos puesto el planeta en manos de un monstruo impredecible. A diferencia de los que hizo populares el cine, este no aplasta edificios, sino que se limita a desahuciar a sus inquilinos o arrebatarles sus planes de pensiones.
Sin embargo, hubo que esperar al siglo XX para que un dispositivo compitiera con el hombre en este sentido y cuando esto ocurrió, en seguida se pretendió describir al ser humano como una máquina regida por algoritmos. Hoy día, los ordenadores controlan la economía mundial y buscan únicamente el aumento de beneficios. Las crisis recientes demuestran a juicio del autor que hemos puesto el planeta en manos de un monstruo impredecible. A diferencia de los que hizo populares el cine, este no aplasta edificios, sino que se limita a desahuciar a sus inquilinos o arrebatarles sus planes de pensiones.
Se intenta que los minusvalidos sean cada vez mas normales ...
Se intenta convertir a los "normales" en seres humanamente incapacitados
Nadie entiende lo que ocurre y los políticos que están a cargo del asunto se refugian en clichés: “No hay alternativa”, “Si fracasa el euro, fracasa Europa”. La realidad es que han perdido el control, porque lo que se despliega son simplemente las estrategias de una guerra no declarada entre los estados y las entidades globalizadas del mercado financiero, que actúan simbióticamente con el gobierno de Estados Unidos. La última crisis no fue en este sentido una situación excepcional, sino una batalla más del conflicto. Los políticos aceptan que en este enfrentamiento el mercado encarna la “sabiduría” y los estados han de plegarse a él.
Con el acceso a un océano de información (big data), es posible una manipulación perfecta de los consumidores del mercado “libre”, y la coacción puede vestirse de “libertad”. Nos dirán que descubren y satisfacen nuestras preferencias, cuando la realidad es que las crean. Nos dirán que cualquiera puede llegar a dónde sus capacidades le permitan, y que el que “falle” ha de buscar la culpa en sí mismo. Esta es la ideología que se ha impuesto a nivel global.
Se intenta que los extranjeros se adapten mejor al pais de acogida...y al mismo tiempo se convierte a los locales en una especie de extranjeros en su tierra, muchos incluso obligados a emigrar
La nueva visión del mundo tiene algo de mágica. El dinero se produce de la nada en los laboratorios alquímicos del mercado. La transmutación es obra de auténticos magos, admirados por todos, pero los que fracasan en el intento han perdido la opción de denunciar una responsabilidad fuera de sí mismos. La neurosis se pandemiza, regresa el pecado, y la revolución deviene imposible.
Se recuerda cómo se aplicó por primera en 1924 la obsolescencia programada. El cártel de las grandes empresas del sector decidió que las bombillas pasaran de durar 300 horas a 200 horas. No obstante, después resultó más sencillo hacer que la gente interiorizara esta obsolescencia, gracias sobre todo a la publicidad. Hoy día la obsolescencia se impone a los trabajadores, que han dejado de ser seres humanos y son considerados exclusivamente en función de su “productividad”. El hombre sólo existe como un producto sometido a la dinámica del mercado.
La continua adquisición de datos sobre nosotros tiene como objetivo el desarrollo de conocimiento que permita el control de nuestro comportamiento, la manipulación para el consumo y la automatización del trabajo. Mientras se defiende que el ser humano está dotado ahora de posibilidades infinitas por el acceso universalizado a la información a través de Internet, la verdad es que nos vemos obligados a adaptarnos cada segundo al “dios mercado”. Las empresas son tratadas con la amabilidad que merecen las personas, y estas lo son como cosas. Las nuevas tecnologías han servido sólo para esclavizar al hombre.
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Y cuál podría ser la vía de salida. Se proponen estrategias. Por ejemplo, no participar en el juego. A nivel individual, pero también los gobiernos deberían imponer un realismo humanista a la “economía inmaterial” que domina el mundo.
En Ego: las trampas del juego capitalista, Frank Schirrmacher nos ofrece un libro complejo, de lectura apasionante y cargado de referencias a todos los procesos ideológicos recientes que han marcado la historia de Occidente. Consigue perfilar así la imagen del escenario dantesco al que nos ha arrastrado la codicia de unos pocos, aliada con el concepto insensato del hombre como robot egoísta y la tecnología más sofisticada que ha conocido la humanidad.
http://www.jesusaller.com/
Guia para legalizar cualquier aberracion:
Imaginemos un ejemplo ....
crear la moda del CANIBALISMO
crear la moda del CANIBALISMO
En la actual sociedad de la tolerancia, que no tiene ideales fijos y, como resultado, tampoco una clara división entre el bien y el mal, existe una técnica que permite cambiar la actitud popular hacia conceptos considerados totalmente inaceptables.
Esta técnica, llamada'la ventana Overton' y que consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir el resultado deseado, "puede ser más eficaz que la carga nuclear como arma para destruir comunidades humanas", opina el columnista Evgueni Gorzhaltsán.
En su artículo en el portal Adme, pone el ejemplo radical de cómo convertir en aceptable la idea de legalizar el canibalismo paso a paso, desde la fase en que se considera una acción repugnante e impensable, completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una realidad aceptada por la conciencia de masas y la ley.
Eso no se consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino en técnicas más sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación coherente y sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso, cree Gorzhaltsán.
Para cambiar esa percepción, se puede, amparándose en la libertad de expresión, trasladar la cuestión a la esfera científica, pues para los científicos normalmente no hay temas tabú. Por lo tanto, es posible celebrar, por ejemplo, un simposio etnológico sobre rituales exóticos de las tribus de la Polinesia y discutir la historia del tema de estudio y obtener declaraciones autorizadas sobre el canibalismo, garantizando así la transición de la actitud negativa e intransigente de la sociedad a una actitud más positiva.
Simultáneamente, hay que crear algún grupo radical de caníbales, aunque exista solo en Internet, que seguramente será advertido y citado por numerosos medios de comunicación. Como resultado de la primera etapa de Overton, el tabú desaparece y el tema inaceptable empieza a discutirse.
Al condenar la intolerancia, también es necesario crear un eufemismo para el propio fenómeno para disociar la esencia de la cuestión de su denominación, separar la palabra de su significado. Así, el canibalismo se convierte en 'antropofagia', y posteriormente en 'antropofilia'.
Paralelamente, se puede crear un precedente de referencia, histórico, mitológico, contemporáneo o simplemente inventado, pero lo más importante es que sea legitimado, para que pueda ser utilizado como prueba de que la antropofilia en principio puede ser legalizada.
Los adversarios reales a esos conceptos, es decir, la gente de a pie que no quiere ser indiferente al problema, intencionadamente se convierten para la opinión pública en enemigos radicales cuyo papel es representar la imagen de psicópatas enloquecidos, oponentes agresivos de la antropofilia que llaman a quemar vivos a los caníbales, junto con otros representantes de las minorías.
Expertos y periodistas en esta etapa demuestran que durante la historia de la humanidad siempre hubo ocasiones en que las personas se comían unas a otras, y que eso era normal.
Para justificar a los partidarios de la legalización del fenómeno se puede recurrir a la humanización de los criminales mediante la creación de una imagen positiva de ellos diciendo, por ejemplo, que ellos son las víctimas, ya que la vida las obligó a practicar la antropofilia.
Esta es una técnica típica del liberalismo que funciona debido a la tolerancia como pretexto para la proscripción de los tabúes. Durante la última etapa del 'movimiento de las ventanas' de Overton de lo popular a lo político, la sociedad ya ha sufrido una ruptura, pues las normas de la existencia humana se han alterado o han sido destruidas con la adopción de las nuevas leyes.
Gorzhaltsán concluye que el concepto de las 'ventanas de posibilidades', inicialmente descrito por Joseph Overton, puede extrapolarse a cualquier fenómeno y es especialmente fácil de aplicar en una sociedad tolerante en la que la llamada libertad de expresión se ha convertido en la deshumanización y donde ante nuestros ojos se eliminan uno tras otro todos los límites que protegen a la sociedad del abismo de la autodestrucción.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/125437-legalizar-overton-eutanasia-incesto
En su artículo en el portal Adme, pone el ejemplo radical de cómo convertir en aceptable la idea de legalizar el canibalismo paso a paso, desde la fase en que se considera una acción repugnante e impensable, completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una realidad aceptada por la conciencia de masas y la ley.
Eso no se consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino en técnicas más sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación coherente y sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso, cree Gorzhaltsán.
Primera etapa: de lo impensable a lo radical
Obviamente, actualmente la cuestión de la legalización del canibalismo se encuentra en el nivel más bajo de aceptación en la 'ventana de posibilidades' de Overton, ya que la sociedad lo considera como un fenómeno absurdo e impensable, un tabú.Para cambiar esa percepción, se puede, amparándose en la libertad de expresión, trasladar la cuestión a la esfera científica, pues para los científicos normalmente no hay temas tabú. Por lo tanto, es posible celebrar, por ejemplo, un simposio etnológico sobre rituales exóticos de las tribus de la Polinesia y discutir la historia del tema de estudio y obtener declaraciones autorizadas sobre el canibalismo, garantizando así la transición de la actitud negativa e intransigente de la sociedad a una actitud más positiva.
Simultáneamente, hay que crear algún grupo radical de caníbales, aunque exista solo en Internet, que seguramente será advertido y citado por numerosos medios de comunicación. Como resultado de la primera etapa de Overton, el tabú desaparece y el tema inaceptable empieza a discutirse.
Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable
En esta etapa, hay que seguir citando a los científicos, argumentando que uno no puede blindarse a tener conocimientos sobre el canibalismo, ya que si alguna persona se niega a hablar de ello será considerado un hipócrita intolerante.Al condenar la intolerancia, también es necesario crear un eufemismo para el propio fenómeno para disociar la esencia de la cuestión de su denominación, separar la palabra de su significado. Así, el canibalismo se convierte en 'antropofagia', y posteriormente en 'antropofilia'.
Paralelamente, se puede crear un precedente de referencia, histórico, mitológico, contemporáneo o simplemente inventado, pero lo más importante es que sea legitimado, para que pueda ser utilizado como prueba de que la antropofilia en principio puede ser legalizada.
Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato
Para esa etapa, es importante promover ideas como las siguientes: "el deseo de comer personas está genéticamente justificado", "a veces una persona tiene que recurrir a eso, si se dan circunstancias apremiantes" o "un hombre libre tiene el derecho de decidir qué come".Los adversarios reales a esos conceptos, es decir, la gente de a pie que no quiere ser indiferente al problema, intencionadamente se convierten para la opinión pública en enemigos radicales cuyo papel es representar la imagen de psicópatas enloquecidos, oponentes agresivos de la antropofilia que llaman a quemar vivos a los caníbales, junto con otros representantes de las minorías.
Expertos y periodistas en esta etapa demuestran que durante la historia de la humanidad siempre hubo ocasiones en que las personas se comían unas a otras, y que eso era normal.
Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular
Los medios de comunicación, con la ayuda de personas conocidas y políticos, ya hablan abiertamente de la antropofilia. Este fenómeno empieza a aparecer en películas, letras de canciones populares y videos. En esta etapa, comienza a funcionar también la técnica que supone la promoción de las referencias a las personajes históricos destacados que practicaban la antropofilia.Para justificar a los partidarios de la legalización del fenómeno se puede recurrir a la humanización de los criminales mediante la creación de una imagen positiva de ellos diciendo, por ejemplo, que ellos son las víctimas, ya que la vida las obligó a practicar la antropofilia.
Quinta etapa: de lo popular a lo político
Esta categoría supone ya empezar a preparar la legislación para legalizar el fenómeno. Los grupos de presión se consolidan en el poder y publican encuestas que supuestamente confirman un alto porcentaje de partidarios de la legalización del canibalismo en la sociedad. En la conciencia pública se establece un nuevo dogma: "La prohibición de comer personas está prohibida."Esta es una técnica típica del liberalismo que funciona debido a la tolerancia como pretexto para la proscripción de los tabúes. Durante la última etapa del 'movimiento de las ventanas' de Overton de lo popular a lo político, la sociedad ya ha sufrido una ruptura, pues las normas de la existencia humana se han alterado o han sido destruidas con la adopción de las nuevas leyes.
Gorzhaltsán concluye que el concepto de las 'ventanas de posibilidades', inicialmente descrito por Joseph Overton, puede extrapolarse a cualquier fenómeno y es especialmente fácil de aplicar en una sociedad tolerante en la que la llamada libertad de expresión se ha convertido en la deshumanización y donde ante nuestros ojos se eliminan uno tras otro todos los límites que protegen a la sociedad del abismo de la autodestrucción.